El pasado viernes 22 de mayo de 2015 se celebró en el Salón de Actos del colegio La Salle-Buen Pastor, de Jerez de la Frontera, la Graduación de los alumnos finalistas de 2º Bachillerato. Como siempre, fue un emotivo acto en el que se recordaron anécdotas y vivencias de todos los años pasados en el colegio y se impuso a los alumnos finalistas la insignia de antiguo alumno del colegio.
En el acto se tuvo un momento especial en recuerdo del H. Martín Salvador Tena, fallecido el pasado mes de agosto, al que se le impuso «in memorian» la beca colegial.
El H. Juan Bautista de las Heras hizo la semblanza del H. Martín con estas palabras:
«El H. Martín, nos dejaba a principios de Agosto del año pasado. Tres años viviendo con él. Una piedra clave en la vida del Hogar la Salle de Jerez. Dando respuestas a las situaciones que iban surgiendo en los diferentes programas de la Asociación. Y en la vida cotidiana, optimista y vitalista, como el que más.
El Hermano Martín, sin duda, dejó su huella en Jerez. El Hogar la Salle es un espacio abierto que convoca a muchas personas y que tuvieron la oportunidad de conocerlo. En las redes sociales, de aquellos días, fueron numerosas las muestras de afecto y sinceros sentimientos de aprecio hacia el Hermano.
De mi amigo y hermano, Martín, podría decir muchísimas cosas buenas, porque todos abundamos en cosas positivas, pero hoy, de manera especial, quisiera homenajearle con tres, de las numerosas cosas, que se podríamos decir de él.
La alegría, del H. Martín, era la firma que caracterizaba su identidad. Sabía dar un tono gozoso de la vida. Siempre sonriente. Para la buena convivencia esta faceta es importante. Que haya personas con esta actitud, sin duda, favorece el buen ambiente. Y más, en un centro social, en el que la carga de dificultades y problemas crean, a veces, un clima de crispación y tensiones.
Su bondad era manifiesta. Martín era un hombre bueno. No tenía doble intención en las cosas. Iba directo y era transparente. Quería a las personas y buscaba su bien, aunque eso, en ocasiones, traía exigencia y dureza en sus manifestaciones. Su amabilidad y comprensión le hacía cercano, generando empatía y confianza, lo que le facilitaba tratar los problemas con mucha sensibilidad. Bondad que también se traducía en disponibilidad y servicio para cuanto se le solicitaba.
Y era un hombre comprometido. No toda la gente está por la labor. Ver los toros desde la barrera es fácil, pero, bajar al ruedo tiene sus dificultades. Martín no era indiferente. Las periferias del mundo no le eran desconocidas. La cercanía con los excluidos y marginados le era natural. Pero porque se lo había currado. Vivir con inmigrantes, te da una visión de la humanidad, que te hace sentir y vivir como hermano de una gran familia y, esto, lo vivía con gran convencimiento e intensidad. Sírvanos de ejemplo el que desde el principio apostó por la iniciativa social del «Círculo de la Fraternidad», como espacio de diálogo intercultural e interreligioso, pues creía en la familia humana.
Para terminar, puedo afirmar que su presencia entre nosotros dejó una huella que no va a ser fácil borrarla. Es verdad que se marchó en Agosto del 2015, sí, pero su recuerdo siempre estará entre nosotros. Todas estas vivencias cercanas y recuerdos de su persona son las que añoramos con cariño y por las que, damos gracias a Dios, por el don de su vida entregada, especialmente, a las personas más necesitadas.
Desde la Comunidad del Hogar la Salle, agradecemos este gesto de ponerle la beca por todo su testimonio y su vida entregada generosamente a los demás.»