Los Hermanos de las Escuelas Cristianas se encontraron con el Papa durante su 46° Capítulo General y fueron los destinatarios de un mensaje del Pontífice sobre la educación y los desafíos de nuestro tiempo. “Sigan adelante con la alegría de evangelizar educando y de educar evangelizando”, el augurio del Obispo de Roma. La invitación a construir un nuevo pacto educativo.
El Papa expresó su alegría por el hecho de encontrarse con ellos y agradeció al Superior General por sus palabras, incluso por el “Lolo Kiko”, un saludo filipino que significa “abuelo Francisco”.
Para los Lasalianos, según el carisma de San Juan Bautista de la Salle, estos “nuevos caminos” son, ante todo, caminos de educación, de realizar en las escuelas, en los colegios, en las universidades que llevan adelante en alrededor de 100 países en los que están presentes, afirmó el Papa. Francisco agradeció, con ellos, al Señor “porque la labor educativa es un gran regalo ante todo para quienes la realizan: es un trabajo que pide mucho, pero que da mucho”.
El Pontífice consideró que “la relación constante con los educadores, con los padres y, sobre todo, con los niños y jóvenes es una fuente de humanidad siempre viva, incluso con todas las dificultades y problemas que conlleva”.
En esta relación, en este camino que hacen con los educadores, apuntó Francisco, “ustedes ofrecen los valores de su rica tradición pedagógica: educan en la responsabilidad, en la creatividad, en la convivencia, en la justicia y la paz; educan en la vida interior, a ser abiertos a lo trascendente, al sentido del asombro y de la contemplación frente al misterio de la vida y de la Creación”.
«Ustedes -les dijo el Papa- ponen en práctica este lema en vuestra misión educativa. Es vuestra manera de realizar lo que escribe San Pablo: «formando a Cristo en ti» (cf. Gal 4,19). Es vuestro apostolado, educar así, vuestra contribución específica a la evangelización: hacer crecer a los seres humanos según Cristo.
Los dos grandes desafíos de nuestro tiempo: la fraternidad y el cuidado de la casa común.»
El Romano Pontífice aseguró que somos conscientes de que el mundo está viviendo una emergencia educativa: “Se rompió el pacto educativo, está roto, y ahora el Estado, los educadores y las familias están separados. Debemos buscar un nuevo pacto que sea comunicación, trabajar juntos.” Esta emergencia educativa -puntualizó- se volvió más aguda por la pandemia.
Gracias a Dios -manifestó Francisco- la comunidad cristiana no solo lo sabe, pero está comprometida en este trabajo, desde hace tiempo está buscando “construir nuevos caminos” para transformar el estilo de vida. Y ustedes, hermanos -agregó, forman parte de este trabajo, es más, están en primera línea, educando a pasar de un mundo cerrado a un mundo abierto; de una cultura del ‘usa y tira’ a una cultura del cuidado; de una cultura del descarte a una cultura de la integración; de la búsqueda de los intereses personales a la búsqueda del bien común.
Como educadores, saben bien que esta transformación debe partir de las conciencias, o será solo de fachada. Y saben también que no pueden hacer este trabajo solos, sino cooperando en “alianza educativa” con las familias, con las comunidades y las instituciones eclesiales, con las realidades formativas presentes en el territorio.