¡Hay signos de nueva vida en todas partes!
En esta fiesta de San Juan Bautista de La Salle, recuerdo la decisión de los capitulares del 45º Capítulo General de designar 2019 como el Año de las Vocaciones Lasallistas. Esa decisión era la culminación de un proceso iniciado hace cuatro décadas, cuando 11 mujeres y hombres se consagraron como miembros de Signum Fidei ante las reliquias del Fundador y en presencia del Hermano Superior General. Así nació una nueva forma de vivir la vocación lasallista. En las décadas que han transcurrido desde entonces, hemos asistido a la aparición de una variedad de expresiones vocacionales: Asociados y Colaboradores Lasallistas, Voluntarios Lasallistas, mujeres y hombres laicos y Hermanos que comparten la vida comunitaria y jóvenes que siguen respondiendo a la invitación del Espíritu Santo a vivir como Hermanos de las Escuelas Cristianas.
Cuando los discípulos de Jesús resultaron incapaces de imaginar cómo abastecer a los cinco mil, Jesús dijo: “Denles ustedes mismos de comer”. Ellos respondieron: “Cinco panes y dos peces son todo lo que tenemos, a menos que nosotros mismos vayamos a comprar comida para todos estas personas”. Viendo lo que ellos no podían ver, Jesús bendijo los cinco panes y los dos peces, y los dio a sus discípulos para que los ofrecieran a la multitud. Todos comieron y quedaron satisfechos (Lc 9, 10-17). Jesús desafió a los discípulos a ir más allá de la preocupación por aquello que les faltaba y tomar conciencia de lo que tenían.
Estamos llamados a leer los signos de nuestros tiempos con los mismos ojos con los que Jesús insta a los discípulos a usar y ver la abundancia en lugar de la escasez. En vez de centrarnos en los signos de disminución, regocijémonos con los signos de renacimiento.
¡Dejemos que nuestra imaginación vislumbre un futuro vibrante!