QUIÉNES SOMOS

Institución con más de 300 años de historia

La Salle es una institución educativa con más de 300 años de historia y presencia en más de 80 países de los cinco continentes. Contamos con más de 1.000 escuelas, centros educativos y proyectos pedagógicos y la implicación de más de 70.000 educadores y colaboradores.

Nuestra comunidad educativa la forman el millón de alumnos a los que apoyamos de aprendizaje y también en los más de 10 millones de ex alumnos que han construido su desarrollo con nosotros a lo largo de tantos años.

En Andalucía tenemos presencia en 20 centros educativos por todo el territorio. Contamos con 1.200 docentes que garantizan la solidez y la eficacia en nuestro proyecto educativo, que da respuesta a las necesidades del mundo actual.

San Juan Bautista de La Salle fundó el «Instituto de Hermanos de las Escuelas Cristianas» para la educación humana y cristiana de los niños y jóvenes. En el transcurso de la trayectoria de La Salle, los Hermanos devendrán figuras de proximidad y confianza para el desarrollo humano y educativo.

Guiado por el sentido de fraternidad, el Hermano proyecta su fe en el modelo educativo, integrando elementos como la consagración, la comunidad y la misión. Hoy día, en La Salle mantenemos el espíritu de asociación y colaboración que tenían los Hermanos con todas las escuelas de la institución. Por nuestros alumnos, contar con su guía es motivo de confianza y seguridad, como un hermano mayor que les proporciona, con el ejemplo de la comunidad, una actitud de optimismo y comprensión.

HISTORIA DE LA SALLE

Conoce la historia de La Salle

Juan Bautista de La Salle vivió en un mundo totalmente diferente del nuestro. Era el primogénito de una familia acomodada que vivió en Francia hace 300 años. Juan Bautista de La Salle nació en Reims, recibió la tonsura a la edad de 11 años y fue nombrado canónigo de la Catedral de Reims a los 16.

Cuando murieron sus padres tuvo que encargarse de la administración de los bienes de la familia. Pero, terminados sus estudios de teología, fue ordenado sacerdote el 9 de abril de 1678. Dos años más tarde, obtuvo el título de doctor en teología. En ese período de su vida, intentó comprometerse con un grupo de jóvenes rudos y poco instruídos, a fin de fundar escuelas para niños pobres.

En aquella época, sólo algunas personas vivían con lujo, mientras la gran mayoría vivía en condiciones de extrema pobreza: los campesinos en las aldeas y los trabajadores miserables en las ciudades. Sólo un número reducido podía enviar a sus hijos a la escuela. La mayoría de los niños tenían pocas posibilidades de futuro. Conmovido por la situación de estos pobres que parecían «tan alejados de la salvación» en una u otra situación, tomó la decisión de poner todos sus talentos al servicio de esos niños, «a menudo abandonados a sí mismos y sin educación».

Para ser más eficaz, abandonó su casa familiar y se fue a vivir con los maestros, renunció a su canonjía y su fortuna y a continuación, organizó la comunidad que hoy llamamos Hermanos de las Escuelas Cristianas.

Su empresa se encontró con la oposición de las autoridades eclesiásticas que no deseaban la creación de una nueva forma de vida religiosa, una comunidad de laicos consagrados ocupándose de las escuelas «juntos y por asociación». Los estamentos educativos de aquel tiempo quedaron perturbados por sus métodos innovadores y su absoluto deseo de gratuidad para todos, totalmente indiferente al hecho de saber si los padres podían pagar o no.

A pesar de todo, De La Salle y sus Hermanos lograron con éxito crear una red de escuelas de calidad, caracterizada por el uso de la lengua vernácula, los grupos de alumnos reunidos por niveles y resultados, la formación religiosa basada en temas originales, preparada por maestros con una vocación religiosa y misionera a la vez y por la implicación de los padres en la educación. Además, de La Salle fue innovador al proponer programas para la formación de maestros seglares, cursos dominicales para jóvenes trabajadores y una de las primeras instituciones para la reinserción de «delincuentes».

Extenuado por una vida cargada de austeridades y trabajos, falleció  en San Yon, cerca de Rouen, en 1719, sólo unas semanas antes de cumplir 68 años. Juan Bautista de La Salle fue el primero que organizó centros de formación de maestros, escuelas de aprendizaje para delincuentes, escuelas técnicas, escuelas secundarias de idiomas modernos, artes y ciencias. Su obra se extendió rapidísimamente en Francia, y después de su muerte, por todo el mundo.

En 1900, Juan Bautista de La Salle fue declarado Santo. En 1950, a causa de su vida y sus escritos inspirados, recibió el título de Santo Patrono de los que trabajan en el ámbito de la educación. Juan Bautista mostró cómo se debe enseñar y tratar a los jóvenes, cómo enfrentarse a las deficiencias y debilidades con compasión, cómo ayudar, curar y fortalecer. Hoy, las escuelas lasalianas existen en 79 países del mundo.

LOS HERMANOS

Testimonio de una vida sencilla y comprometida desde la fe

Los Hermanos de La Salle seguimos la llamada del Señor y nos consagramos enteramente a Él. Dedicamos toda nuestra vida a la misión de la educación, tanto humana como cristiana. Educamos evangelizando y evangelizamos educando. De este modo, queremos ser signo de fraternidad.

Se nos conoce con este nombre por el apellido de nuestro Fundador, San Juan Bautista de La Salle, pero el nombre que él nos dio es el de Hermanos de las Escuelas Cristianas. Desde el origen, en la Francia del siglo XVII, somos religiosos laicos consagrados a la educación humana y cristiana de niños y jóvenes en más de 80 países. 

«Los miembros de este Instituto viven en Comunidad y se llaman Hermanos. Gracias al carácter fraterno de su vida comunitaria y de su presencia activa y desinteresada entre aquellos a quienes sirven, los Hermanos dan testimonio de la posibilidad de una verdadera hermandad entre las personas y los pueblos» – Regla, 5.

 

Expresamos nuestra entrega total a Dios mediante el testimonio de una vida sencilla y comprometida, desde la fe. Por medio de nuestros cinco votos religiosos: asociación para el servicio educativo de los pobres, estabilidad, pobreza, castidad y obediencia, nos comprometemos delante De Dios, con toda la Familia Lasaliana y toda la Iglesia, en la misión de evangelizar.

Siguiendo los pasos del Fundador, catorce Hermanos han sido canonizados, ciento cincuenta han sido beatificados, ocho han sido declarados venerables y las causas de cuatro más están en progreso.

COMUNIDAD EDUCATIVA

Juntos y por asociación

La Comunidad Educativa dinamiza la Obra Educativa lasaliana. En ella se sienten integrados la Entidad Titular, los educadores, otros profesionales, Personal de Administración y Servicio, animadores de actividades pastorales, deportivas, de tiempo libre, extraescolares, voluntarios, los alumnos, los padres, madres y tutores y otras asociaciones ligadas a la Obra Educativa.

Todos se sienten responsables del espíritu y buena marcha de la Obra Educativa.

Se privilegia una dinámica de relaciones basada en el respeto, la confianza mutua y el estilo fraterno, sello tradicional de identidad lasaliana. Todo ello conduce a la creación de un ambiente acogedor para todas las personas que la integran.

Así entendemos la participación de cada grupo de la Comunidad Educativa.

La Entidad Titular garantiza la fidelidad al Carácter Propio y a la identidad de la propuesta educativa que ofrece a la sociedad ejerciendo la última responsabilidad de la Obra Educativa ante la Iglesia, la sociedad, los poderes públicos y el conjunto de la Comunidad Educativa.

Los alumnos son el centro de la Comunidad Educativa, la razón de ser de la escuela lasaliana. Crecen en un clima de seguridad, cercanía y libertad responsable, sintiéndose aceptados, respetados y queridos por todos los miembros de la comunidad. Su participación activa en la vida escolar, de modo especial a través de los órganos de participación, es una señal de maduración y de integración en la vida de la sociedad. Se comprometen con su entorno y se capacitan para ser protagonistas de su vida y transformadores de la sociedad.

Son educadores todas las personas que participan, de un modo u otro, en hacer realidad el Proyecto Educativo.

En ellos y por ellos se hace realidad día a día el sueño lasaliano. Su papel como piedra angular del proyecto merece el respeto y la valoración de la Comunidad Educativa. 

Los padres, madres o tutores legales, son los primeros educadores de sus hijos.

Asumen el Proyecto Educativo y se implican en las propuestas que les afectan para el desarrollo integral de sus hijos e hijas y desarrollan relaciones de colaboración y cooperación con los demás integrantes de la Comunidad Educativa.

Las relaciones entre las familias y los tutores y demás educadores de la Obra Educativa se basan en la confianza y el respeto mutuo. La Obra Educativa La Salle acompaña a las familias, alienta su participación y favorece la coherencia entre la educación familiar y la que propone la Obra Educativa.

En las Obras Educativas La Salle existen Asociaciones (de padres y madres, de Antiguos Alumnos, de tiempo libre, culturales, religiosas…) que se sienten identificadas con el Proyecto Lasaliano y se implican en completar, desde su ámbito particular, la oferta de educación integral a los alumnos y los demás miembros de la Comunidad Educativa.

LA SALLE EN EL MUNDO

Presencia en más de 80 países

Estamos presentes en 80 países con centros educativos y universitarios.
 
La Salle, fundada en 1680 por San Juan Bautista de La Salle en la ciudad francesa de Reims, es desde sus inicios una institución dedicada a la educación humana y cristiana de los niños y jóvenes, especialmente de los más pobres. Los Hermanos de las Escuelas Cristianas introdujeron una serie de innovaciones que revolucionaron la pedagogía de la época y trabajaron para facilitar el acceso a la educación a los niños de las clases sociales más desfavorecidas. 

En 1900 San Juan Bautista de La Salle fue canonizado, y en 1950, fue proclamado patrón de los educadores cristianos. 

En 1990 la UNESCO otorgó el premio NOMA de alfabetización a las instituciones lasalianas por su labor educativa. 

  • 80 – Países en los que está presente 

  • + 90.000 – Educadores y educadoras 

  • + 1.000.000 – Estudiantes 

  • 64 – Centros universitarios